El punto más significativo de Alice Cooper llegó el día que el grupo realizó un concierto exclusivo que la cadena ABC se encargó de emitir a toda Norteamérica. El show fue seguido por miles de espectadores. Todo fue perfecto hasta que llegó el momento de interpretar el tema "Killers", durante el cual Alice hacía el famoso número de la horca.
Las imágenes llegaron justo hasta que el cuerpo del cantante empieza a caer por la trampilla. La cadena volvió a conectar con la banda cuando estaban sonando los acordes de "Schools's Out". El grupo completo salió del recinto sin saber que habían sido censurados en televisión, hasta que alguien se lo hizo saber a Glen Buxton.
La banda se presentó de nuevo en el recinto del concierto con buenas intenciones, esperando que alguien les explicase porqué habían censurado su show. Pero la cosa se fue calentando y terminaron destrozando el equipo móvil que la cadena había desplazado hasta el local, y encima no pagaron ni un sólo centavo, porque al parecer el mánager de Alice, Shep Gordon, había indicado en el contrato que los gastos de reparación no irián a parar a su cuenta. A los jefes de la ABC no les hizo mucha gracia perder buena parte de su material, pero como la audicencia de esa noche alcanzó límites de locura, lo dejaron correr.
De hecho, la cadena volvería a emitir diferentes conciertos de Alice Cooper a lo largo de la década de los setenta. No contentos con el destrozo, la banda carga contra un pobre empleado de la emisora. Neal Smith y Glen Buxton amenzaron con ahorcar al tipo si éste no les ganaba una partida de póker a ambos, que se celebró esa misma noche en el hotel en el que se alojaban. No sólo perdieron la partida, sino también todo el dinero que llevaban encima. Entonces empezaron a pensar que quizás el chico de la ABC había fingido estar asustado, y que no era de fiar. Pero cuando se dieron cuenta de que su dinero había desaparecido, era la mañana siguiente y estaban en otro lugar.
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