Mucha agua bajo el puente tuvo que pasar para que la banda oriunda de Vancouver, Canadá, pudiera lanzar su 4to disco de estudio. La salida de Jamie Hooper, vocalista y único miembro original que quedaba, debido al daño que tenía en sus cuerdas vocales y la salida del baterista Alexei Rodríguez luego de un confuso incidente donde golpeó a Nigel Glocker, baterista de SAXON, calaron hondo en el grupo, pero, a pesar de todo lo vivido, han logrado sacar el que considero su mejor trabajo a la fecha.
3 Inches of Blood en su versión “2009” se forma con Cam Pipes en las voces, Justin Hardberg en las guitarras y haciéndose cargo de las voces más guturales, Shane Clark como segundo guitarrista y el baterista Ash Pearson, siendo esta alineación la responsable de “Here Waits Thy Doom”. El disco se inicia con un ataque de puro heavy metal “a la antigua” con el tema “Battles And Brotherhood” que en la letra nos deja claro cuáles son las pretensiones de los canadienses: “believe in our metal, believe in our steel”. El sonido de las guitarras totalmente sucias y la voz de Pipes que recuerda en todo el disco a Udo Dirkschneider y también a Rob Halford cantando “Painkiller” nos hacen sentir en los ochentas, completamente “vieja escuela”.
La siguiente canción es una de las mejores del disco: “Rock in Hell”. Un tema más cargado al rock ochentero que al heavy metal pero que no pierde una pizca de la potencia que muestra la banda durante todo el trabajo. Es quizás en este tema donde más se nota la mano de Jack Endino en la producción, quien es conocido por haber trabajado con Nirvana y que la banda trajo exactamente para eso: lograr un sonido más sucio y antiguo. “Silent Killer” nos habla de ninjas mientras vemos el sorprendente trabajo en guitarras de Justin Hardberg, quien maneja su instrumento como una katana en manos de uno de estos mercenarios japoneses.
“Fierce Defender” es un tema interesante, con un ritmo de batería que recuerda a “Run to the Hills” de Iron Maiden e interesantes riffs de guitarra, acompañados todo el tiempo por la inconfundible voz de Cam Pipes. “Preacher’s Daughter” es un viaje todavía más al pasado, a los tiempos de Black Sabbath. Un tema cargado de atmósfera doom de principios de los ochentas, y donde nuevamente vemos el interés de la banda por tocar a la antigua, sin grandes arreglos. Claramente es este sonido el que mejor le hace a la banda, la que, a medida que se ha alejado de los sonidos más metalcore que tiene esta generación, han alcanzado cuotas de maestría. Atención en particular al solo final de Hadberg. Queda claro que aún tiene mucho que dar.
“Call of the Hammer” es un tema power/thrash que sorprende y desencaja. Un tema inesperado, pero que agrada ya que tiene ese gustito a thrash bay area de los inicios del movimiento. Un tema donde destaca la habilidad en percusión de Ash Pearson quien lleva de excelente forma los tiempos y acompaña de manera espectacular las guitarras y las voces. Este es uno de los pocos temas donde Justin Hardberg hace uso de sus voces guturales, cumpliendo de buena manera. Quizás este sea uno de los cambios que más se agradece en el sonido de 3 Inches of Blood: la casi total desaparición de este tipo de voces para favorecer la de Pipes.
El disco continua con “Snake Fighter”, que de nuevo nos trae un sonido más acorde con la NWOBHM, que con los tiempos que corren actualmente. Este es un tema que espero poder oír en vivo alguna vez, ya que lleva a Cam Pipes a probar sus límites con varios cambios en el tono hasta llegar a agudos muy potentes. “At The Foot of the Great Glacier” sin ser un mal tema, es probablemente el tema más bajo del disco, más que nada porque no tiene ningún gancho especial como los que encontramos en el resto del trabajo.
Ya acercándose al final “All of Them Witches” también pone un poco de pausa y oscuridad a un gran disco, con un coro que claramente es de esos que en vivo deben sonar de gran manera, acompañado de un muy buen desempeño de ambas guitarras. De hecho este es uno de los temas donde más se nota la segunda guitarra de Shane Clark. “12:34” es solo una introducción para el cierre épico del disco: “Execution Tank”, un tema de 7 interesantes minutos con varios cambios de ritmo y donde nuevamente la banda muestra ese sonido antiguo por el que optaron para esta placa.
“Here Waits Thy Doom” es el mejor disco a la fecha de 3 Inches of Blood, quienes tomaron muchos riesgos en este álbum. Realmente se agradece. Dejar a Cam Pipes como voz principal en desmedro de las voces guturales, y usar estas lo justo y necesario. Contratar a Jack Endino en la producción, quien hasta ahora era solo conocido por sus logros en el grunge, para que les de ese sonido más sucio y antiguo. Un disco soberbio, de lo mejor que he escuchado en el año, que quizás no sonará tanto por lo “underground” que son. En fin, escúchenlo, no se arrepentirán.
HERE WAITS THY DOOM
jueves, 3 de diciembre de 2009
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